Clown: acompañar el proceso

Propongo algunas líneas para personas que acompañan procesos de búsqueda en clases de clown

El clown es una práctica, como el yoga, la meditación. Una búsqueda del particular estado de clown, por eso algunas personas lo llaman clowning.

Desde esas ganas de jugar es desde donde se indagan (por uno u otro medio) los caminos de lo cómico.

Iremos recorriendo en las clases de clown, estos caminos, buscando las herramientas. Propondremos sabores presentes en el hecho teatral construido desde el clown. Estos constituirán los elementos que sostendrán a la obra en el terreno del humor.

El lugar de la docencia

Me pregunto, me interrogo sobre las condiciones de la docente que facilite este proceso de creación. Que sea capaz de contener la fragilidad, estimular la creación, fomentar el juego en cada clase de clown.. También afianzar la complicidad y a la vez fijar los mejores pasajes, pulir las aristas, afinar los ritmos y mantener la frescura.

Porque el aquí y ahora es la parte fundamental. Al alumnado de clown le concierne la tarea de “entrar en estado”, de la mano del grupo y la profe . Su búsqueda: jugar, entregarse, buscar. Y el camino de quien facilita: estimular y montar el puzle.

NO creo que sea posible estar realmente en clown y poder discernir qué material es apto para la escena y cuál no. Me refiero ahora al momento de creación.

Jugar a la escena

En escena, en el momento presente de aquí y ahora de un encuentro con el público, no existirá nada más que ese vínculo. Por eso el paso al escenario es fundamental.

El alumnado va a explorar. Cuando encuentra su estado clown, hay magia. Abrazando su inocencia serán pequeños bribones, entrarán y saldrán mil veces de toda pauta. Para atraer hacia sí al público pulsarán las teclas que hagan falta, saltarán las vallas.

Porque cada público es distinto y ellos saldrán a buscarlo. Si así no lo hicieran, no sería clase de clown. El grupo de clase que hace de público es esencial para que exista el feedback.

Creando un número

Comienzo desde dos cuestiones básicas:

Todo espectáculo clown debe tener múltiples líneas de fuga no preestablecidas. En otras palabras puntos fijos como trampolines desde y hacia los cuales moverse, pero enormes intersticios por donde fugarse de lo establecido al presente.
No todo el humor es clown. Stand up, comedia física, comedia, sátira, parodia, sainete, mimo. Los límites se desdibujan y allí empiezan las preguntas sobre la especificidad de la técnica.

En las clases de clown vamos a salir a buscarlo en el estado más puro posible.

Fórmula clown

¿Porque la fórmula clown no existe?. No existe desde lo técnico. El clown es un lugar interno desde el cual apropiarse de un espacio escénico. Quizás sólo desde algo tan intangible como el deseo desde el cual se sale a escena.

Por eso una clase de clown es el acompañamiento de un proceso.

Por un lado, la inexistencia de cuarta pared. Y por el otro, el contacto permanente con el público son creaciones de ese deseo que es más potente que toda técnica y que requiere el despojamiento absoluto de todo lo que pueda frenarlo.

Placer, juego, complicidad

El placer del encuentro, el juego y la complicidad con el público son la línea rectora, una búsqueda tan inocente que requiere un durísimo camino para desaprender todo lo que le hemos puesto encima. Cuando se logra habitar este estado, diversas disciplinas del teatro y el circo dan soporte a la creación de la escena.

La docencia del clown como facilitación

Aquí el eje de la clase de clown es del acompañamiento del proceso de encuentro del estado clown . También el estímulo de la creación. Para ello vamos a sugerir ejercicios y generar propuestas que promuevan:

Desinhibición.
Juego.
Actitud.
Ritmo.
Presencia escénica.
Niveles de energía.
Escucha activa.
Absurdo.
Vacío y autenticidad.
Abre la puerta.
Vulnerabilidad, descubrimiento y aceptación.
Manejo del fracaso o flop.
Complicidad.
La nariz.
Tipos de clown.
Creación de rutinas, gags y sketchs.
El cuerpo cuenta, recursos físicos.
El solo. Dúos y tríos clown.

La docencia como dirección

El devenir de la clase de clown requiere del análisis del material escénico naciente. Ello será indispensable para poder apuntalar la creación de números y guiar el camino. Para ellos, recurriremos a viejos principios que retornan:

Primer contacto: cada vez que entres mira al público y al espacio.
Decide antes de hacer.
Menos es más.
Ve de A hasta B.
A mayor precisión en escena, mayor percepción en la audiencia.
Juega este juego a tope, no se puede jugar a medias.
Si llega el flop, suelta, y busca una nueva propuesta.
Comparte lo que te pasa con el público, todo lo que haces es para el público.
Mira al mundo desde tu roja nariz.
Ante la duda, para y respira.
Si estás pensando, o en bloqueo, compártelo con el público.
El error, los fallos, son vida, juega con todo lo que ocurra.
Afloja la mandíbula, la boca entreabierta le da vida a lo que haces.
El humor funciona por contrastes, cambios de expectativas, juega a unir. dos cosas que no tengan nada que ver, busca una unión sin sentido y tú serás el sentido.
Si nos llevas de la mano, vamos contigo donde sea.
El humor funciona en base 3, 5 y 7.
Ríete de ti, sé auténtica, idiota, el público te quiere a ti, tu estupidez es liberadora.
No me vendas la moto, tengo el garaje lleno.
No quiero una mentira. Te quiero a ti.

He vivenciado clases de clown como participante, facilitadora, ayudante y observadora. Una clase de clown es uno de los mejores lugares del mundo. Por eso te animo a probarlas, a vivirlas.

Clown es bien.