La risa es un arma de construcción masiva
Jango Edwards
¿Qué es clown?
Para mí es muy difícil encontrar una definición de clown, creo que es un estado, un rincón interno desde el cual atravesar diversas situaciones.
En el estado clown priman el placer del juego, la búsqueda de la aceptación y la complicidad para que ese juego y ese placer se perpetúen. Desde ahí, el clown necesita de otro que estimule, que alimente el juego.
Cuando encontramos ese estado clown podemos habitar un espacio escénico donde las escenas sucedan específicamente con el objetivo de divertir. O utilizar escenas incluso de teatro clásico dotándolas del plus de este único y real objetivo: ser amado, aprobado y disfrutar.
Clown y cuarta pared
No hay cuarta pared, el clown está ahí para el público, está ahí porque el público está y el tiempo se desdibuja, sólo importa el timming, el ritmo, la pulsación del momento para que la magia de la risa y la emoción se produzcan. Todo es presente, aquí y ahora en el clown.
En este acto de egocentrismo puro el clown se desdibuja hasta cruzar todas las barreras que lo separen del gozo del juego, no importa aquí el ridículo: es un puente más hacia el otro, no importa la idiotez, es el permiso para que todo acontezca, es el espacio de seguridad para que el público se re- conozca, se identifique este acto de despojo donde hasta lo más íntimo es público nos devuelve la imagen de nuestra máxima vulnerabilidad.
Es en ese sitio, en ese costado, en el de la fragilidad de lo humano, implica al público directamente con el clown, y lo hace quererlo, porque le devuelve como espejo su máxima necesidad: la necesidad de ser amados.
El miedo al ridículo
Recuerda la última vez que estuviste frente a un bebé, ¿cómo estabas?. ¿Qué hacías? Lo que hiciera falta para buscar arrancarle una sonrisa, una mirada, ¿verdad?. No pensabas en el ridículo, en realidad no pensabas en nada, sólo querías que te mire y te sonría. Para el clown el ridículo no existe, porque sólo quiere esa mirada del público, esa atención, esa sonrisa
Desde el estado clown, es desde donde no importa el material escénico, importa cómo se lo habite para poblarlo de magia.
Lo demás necesita estar apoyado en, no es el punto de llegada, sino el de partida. El acto de creación en clown requiere de tanta frescura que necesita de un tercero. Por ello, una persona que dirija está para atrapar el instante.
Y también esa fragilidad es donde reside su máxima inestabilidad. En la dificultad de fijarlo sin perder frescura del clown.
Por ello cada vez que se crea una rutina o se encuentra un material interesante, un juego para desplegar es difícil de repetir. Y será necesario en cada función que el clown reinvente su aquí y ahora desde donde nacerá el verdadero momento.
Creo que el momento como unidad es lo que define al clown: el aquí y ahora. Eterno presente, instante único por el cual existir: el encuentro con otro, el público para construir el momento de placer del juego y la aceptación. Un sketch, una escena, una obra, un acto de entrega y de amor.
El clown es un desnudo del alma.

Patricia Davis
Llevo más de 25 años trabajando con grupos, focalizada en el desarrollo tanto a nivel personal como grupal y comunitario.