Tennessee Williams fue un dramaturgo estadounidense que vivió entre 1911 y 1983. En realidad su nombre era Thomas Lanier, pero sus compañeros de escuela le pusieron Tennessee por su acento sureño y así quedó.
La biografía de este autor es muy importante ya que se cuela constantemente en su dramaturgia. Su padre era un hombre alcohólico, jugador, muy rígido y hostil con Tennesse a casua de su homosexualidad, ausente en términos físicos y afectivos. Su madre, una mujer puritana descendiente de una familia sureña acomodada, que comprendía mejor las inclinaciones artísticas de Tennessee.
Además, durante su infancia, el dramaturgo sufrió de difteria, una enfermedad que le dejó paralizadas las piernas por un lapso de tiempo considerable. En ese momento su madre le regaló una máquina de escribir. Así, con sólo 11 años, Tennessee se introdujo en el mundo de la escritura. Durante ese lapso de tiempo, su cotidianeidad era compartida con su madre, su abuela y su hermana Rose, una persona muy importante en su vida.
Con viento en contra
Sin lugar a dudas, esa enfermedad marcó la vida de Tennessee ya que lo apartó de sus compañeros y lo aisló en una etapa crucial en la socialización.
Otro trauma que marcó a Tennessee fue en relación a su hermana, quien cayó en una neurosis depresiva en su vida adulta. A partir de ello fue sometida, con consentimiento de sus padres, a una lobotomía fallida que la dejaría confinada en neuropsiquiátricos para el resto de su vida.
En la producción dramática de Williams, podemos ver como estas temáticas se van presentando de alguna u otra forma en sus personajes: la tradición sureña norteamericana, la locura, la incapacidad física, la enfermedad, el alcoholismo, la figura del hombre opresor, el universo femenino, la homosexualidad, la escritura.
Sus obras
Su primer éxito es “El zoo de cristal”, estrenada en 1944. En esta obra Tennessee se evoca a sí mismo en un personaje: Tom. Este personaje es la voz narradora de la obra que es catalogada como una “comedia de recuerdos”. El objetivo de este personaje es básicamente compartir las razones de su huída de la casa familiar, dejando atrás a su madre y a su hermana Laura.
Laura, una jóven vulnerable y con una deficiencia física, es poseedora de un zoológico de cristal que es el gran símbolo de la obra. Conociendo la historia de Rose, es muy sencillo hacer la conexión.
Amanda, una mujer controladora, obsesionada por el futuro de sus hijos y envuelta en un mundo de fantasía, elude a su vez a la propia madre de Tennessee Williams.
A través de Tom
Dice Tom en la presentación de la obra
“Hay un quinto personaje que sólo aparece en una fotografía colgada de la pared. Cuando vean la imagen de este caballero, sírvanse recordar que es nuestro padre, que nos abandonó hace mucho tiempo” (pp19)
Otro de sus éxitos es “El tranvía llamado Deseo” de 1947, donde cuenta la historia de Blanche, una mujer sureña con delirios de grandeza que aterriza en la casa de su hermana Stella y su cuñado Stanley. Allí el alcoholismo, la locura, la violencia machista, la pobreza son el sustento de este drama norteamericano.
Sacudiendo lo establecido
La dramaturgia de Tennesse, así como la de Arthur Miller, suponen un cimbronazo en el contexto teatral de la época, que se caracterizaba por presentar obras de mero entretenimiento. Porque el universo poético crudísimo de Tennessee constituyó una fuerte denuncia social, relacionada con la tragedia del ser humano promedio que intenta encajar en una sociedad cruel que lo excluye.
A pesar de que podríamos decir que la dramaturgia de Tennessee Williams pertenece al realismo (es decir, a una búsqueda de la mímesis de la vida cotidiana), hay un universo onírico presente en todas sus descripciones espaciales, lumínicas y sonoras que brindan un campo expresivo más amplio y que nos colocan entre la realidad cotidiana y la fantasía.
Didascalias con sello propio
En sus largas didascalias es usual encontrar frases como “la escena está en sombras”; “un jardín fantástico que tiene más de selva tropical o bosque que otra cosa”; “todo se ve a través de una gasa transparente” y literalmente “la escena es un recuerdo”
Tennessee tiene una gran cantidad de obras de largo aliento (“La gata sobre el tejado de zinc caliente”, “Súbitamente, el último verano”; “Dulce pájaro de juventud”) y textos breves (“No puedo imaginar el mañana”; “La marquesa de Larkspur Lotion”; “Auto de fe”; “Háblame como la lluvia”; “Lo que no se dice”) que son ideales para ámbitos de entrenamiento actoral.
Muchas de sus obras fueron adaptadas al cine, la más emblemática es “Un tranvía llamado deseo” de 1951 con dirección de Elia Kazan y las actuaciones de Marlon Brando y Vivien Leigh.
Su final
La vida de Tennessee fue bastante turbulenta; allí no faltaron las adicciones (al alcohol, a las drogas), una movidita vida sexual, con amantes que han llegado a robarle o agredirlo, y una depresión siempre compañera.
El 25 de Febrero de 1983, Tennessee Williams fue encontrado muerto en su habitación de hotel en Nueva York a los 71 años. Las primeras hipótesis incluyeron sobredosis y suicidio, pero el exámen forense indicó que se asfixió al tragarse una tapita de un embase para ojos que usaba con frecuencia. “Pánico a una muerte ridícula” cantan los Def con dos.
Referencias bibliográficas
- Williams, Tennessee (2006), El zoo de cristal, Buenos Aires: Losada.
- Gutiérrez Alvarez, Pedro Faritt (2019). “Vigencia de la obra dramática Un tranvía llamado Deseo de Tennessee Williams dentro del contexto del Siglo XXI”. Universidad Autónoma del Estado de México, Recuperado de http://hdl.handle.net/20.500.11799/104431.