Separar, ordenar, refundar. Un recorrido sobre la “Poética” de Aristóteles
Aristóteles puede ser quizás el filósofo más importante de Occidente. Nacido en el S. IV a.C en Estagira, al norte de la Antigua Grecia, se desarrolló como lógico, biólogo, metafísico, retórico y teórico del arte.
En este artículo vamos a analizar brevemente su texto “La poética” para intentar dilucidar cómo su pensamiento influye en el teatro (y el arte) de hoy.
Para comenzar, es importante aclarar que en este libro, fundante de nuestra cultura y que se considera el primer libro de crítica literaria, Aristóteles comenta autores que fueron anteriores a él: Homero, autor de la Ilíada y la Odisea que vivió en el s. XVIII a.C y los tres trágicos, Esquilo, Sófocles y Eurípides, que vivieron el s.V a.C. Es decir él va a estar comentando, categorizando y jerarquizando obras que fueron anteriores a su tiempo.
La epopeya, la tragedia y la comedia.
Aristóteles denomina al arte como poiesis que significa “creación” y que deriva en nuestro idioma como “poesía”. Es decir, todo artista es un poeta, un creador. Y esa creación artística se da a partir de la imitación de la vida que en griego es mímesis. Para Aristóteles imitar es natural en el ser humano ya que supone el modo de aprendizaje en nuestra cultura.
La mímesis se traduce en las distintas disciplinas artísticas de diversos modos. Entonces, por ejemplo, la escultura debe imitar los cuerpos, la pintura algunas escenas cotidianas o míticas, la música, las emociones. Tanto el teatro como la epopeya deben representar la vida y las acciones humanas.
La epopeya es una expresión anterior al arte dramático. Si bien los hechos a imitar podrían ser cómicos o trágicos, la principal diferencia es que no tenía actores que encarnen personajes, sino que la historia era narrada. En la epopeya se podían imitar acciones nobles (lo que daría luego pie al inicio de la tragedia) o acciones viles (lo que luego sería el teatro cómico). Está diferencia se veía también en la forma de los versos, ya que los temas serios y nobles se expresaban en himnos y encomios (es decir textos de alabanzas) y la imitación de temas y personajes viles se expresaban el metros yámbicos lo que daba una sonoridad muy particular.
Aristóteles plantea que los poetas se dedicaban a la narración de temas viles o de temas nobles, pero que el único que pudo abarcarlo todo fue Homero.
Una vez que se definieron bien estas dos categorías, los poetas épicos pasaron a escribir tragedias y los poetas yámbicos se dedicaron a la comedia.
Como dijimos, la tragedia enaltece rasgos y cualidades de los hombres reales; busca provocar temor y compasión y su desarrollo se da en espacios importantes, como templos y palacios.
La comedia, en cambio, imita a hombres inferiores que encarnaban vicios; su objetivo es provocar risa y su desarrollo se da en lugares cotidianos como plazas, casas, tabernas, etc.
Tanto la tragedia como la comedia deben abarcar el plazo temporal de un día y desarrollarse en un mismo espacio. Este hecho también las diferencia de la epopeya que no tenía límite de tiempo y lugar.
Como dijimos, Esquilo, Sófocles y Eurípides eran autores que se destacaban en la tragedia y Aristófanes en la comedia.
Esquilo fue el primer poeta que aumentó el número de actores, de uno a dos, disminuyó la intervención del coro, dándole al diálogo todo el protagonismo. Sófocles agregó un tercer personaje, agregó escenografía a la representación y aumentó la cantidad de episodios.
Para Aristóteles, tanto el teatro como la epopeya tenían una función social ya que permitían una reflexión más profunda de la naturaleza humana que el estudio de la historia. Los personajes y las historias verosímiles permitirían reflexionar sobre lo que es digno y noble. Lo importante no es entonces hablar de lo que ha sucedido sino de lo que podría llegar a suceder: se valora más lo imposible convincente que lo posible increíble.
Las cosas que perdimos en el fuego
Al parecer la “Poética” de Aristóteles estaba compuesta por dos libros, el primero donde se abordaba el estudio de la epopeya y la tragedia y el segundo donde se estudiaba la comedia y el verso yámbico. Se cree que este segundo libro se perdió en la Edad Media y es el hecho que toma Umberto Eco para su novela
Esta novela, que luego fue la película protagonizada por Sean Connery, se ambienta en el 1300, en una abadía benedictina famosa por su gran biblioteca y con estrictas normas de acceso. Allí llega Guillermo de Baskerville (Sean Connery), un fraile con un pasado inquisidor, que debe investigar una supuesta herejía. Junto con su discípulo Adso (que es a la vez el narrador de la novela) intentan resolver el misterio cuando comienzan a darse misteriosas muertes en la Abadía que descubrimos más adelante, giran en torno a la existencia de un libro envenenado: el segundo libro de la “Poética” de Aristóteles. Al igual que sucede en el mito histórico, la biblioteca termina por incendiarse y con ella, toda la reflexión de Aristóteles sobre la comedia.
Quizás sea por esta pérdida que la comedia haya sido históricamente denostada frente a la tragedia y al drama. La comedia es quizás el género que, por la naturaleza de su expresión, puede poner en jaque de una manera más eficaz (a través de la risa) las contradicciones del poder político, económico y moral.
Las 6 partes de la tragedia
Aristóteles plantea que la tragedia tiene un orden: un principio, un medio (caracterizado por el desarrollo de un conflicto) y un desenlace. Esto es lo que le otorga un criterio de belleza.
Está compuesta de 6 partes diferenciadas, donde la fábula, el carácter y el pensamiento refieren al contenido de la tragedia y la elocución, el canto y el espectáculo a la forma de su expresión.
La fábula es el conjunto de incidentes encadenados de una historia y es lo que estructura y organiza la tragedia alrededor del desarrollo de una única acción. Es la parte más importante de la tragedia y debe ser ordenada en un modo verosímil. Sus partes son:
- la peripecia, que es un acontecimiento imprevisto que obliga al cambio del sentido de la acción (lo que entendemos ahora por conflicto),
- la anagnórisis que supone el cambio de la ignorancia al conocimiento (cuando el personaje se da cuenta de su error) y
- el lance patético, moneda corriente en la tragedia, es una acción destructora o dolorosa, como la muerte de los personajes, etc. En la tragedia, el lance patético se da usualmente en el héroe trágico y es lo que permite la catarsis del público. Catarsis significa purga y es uno de los objetivos principales de la tragedia: se da a partir de la identificación con los protagonistas y tiene un efecto terapéutico y moral.
El carácter refiere a los personajes de la tragedia, que se definen por sus decisiones. Los personajes nobles se definen por su bondad y su coherencia en la conducta. En nuestro caso, Edipo es un personaje noble porque, a pesar de ser el asesino de Layo, no sabía lo que hacía y cuando se revela su culpabilidad cumple con su promesa de castigo.
El pensamiento corre en un carril paralelo al del carácter. Si el carácter se refiere a las decisiones, el pensamiento refiere a las opiniones y ambos son las causas de la acción. El pensamiento es el aspecto discursivo de la acción y consiste en saber manifestar lo que está implicado allí.
La elocución o la dicción es la parte de la tragedia relacionada con la forma de imitación. Es el pensamiento expresado con el lenguaje, mediante el cual convencemos y generamos pasiones. Aristóteles distingue estos aspectos no poéticos que tienen que ver con el arte del actor: la entonación y fonética.
El canto o la melopea corresponde al uso armónico del canto y la palabra. Además de la melodía y los armónicos, se incluye aquí las figuras poéticas de la metáfora (sustituir una palabra por otra: en vez de hablar de vejez, hablar del ocaso) o la metonimia (referirse a un elemento solo por alguna de sus partes: las velas en lugar del barco). Estas expresiones tenían como objetivo generar placer estético.
El espectáculo es intrínseco a la tragedia, pero es planteada por Aristóteles como un aspecto menor por no ser literario. Su objetivo es poder transmitir a las masas iletradas la fábula literaria.
Edipo Rey
Vamos a dar un ejemplo con el clásico de clásicos: Edipo Rey. La tragedia comienza con Edipo, rey de Tebas, frente a una muchedumbre que le exige un remedio para la peste que azota la ciudad. El oráculo plantea que la peste se debe a que el asesino del rey anterior, Layo, aún no fue atrapado. Edipo promete resolver este enigma.
Decide llamar al adivino ciego, Tiresias, que le ayude a esclarecer lo sucedido. Tiresias se niega a hablar y luego de una larga discusión, le termina diciendo a Edipo que él mismo es el asesino que está buscando y que vive en incesto con su madre, Yocasta; que aunque crea que es extranjero es tebano de nacimiento y que pronto será ciego, como él. Edipo lo acusa a él junto a su cuñado Creonte de haberse puesto de acuerdo para desplazarlo del trono.
Yocasta intenta tranquilizarlo minimizando la profecía de Tiresias; le recuerda que con Layo, su anterior marido, fueron a ver al oráculo de Apolo y les hizo una profecía que no se cumplió: que Layo sería asesinado por su propio hijo. Layo murió asesinado por bandidos en un cruce de caminos a Delfos. La mención a este cruce advierte a Edipo, que pide que llamen al único testigo del crimen.
El oráculo
Edipo relata que fue al oráculo de Delfos y le dijo que mataría a su padre y se acostaría con su madre, razón por la cual dejó su tierra natal, Corinto, y que en ese cruce de Delfos, tuvo un episodio con un carruaje, donde asesinó a los tripulantes.
Llega un mensajero de Corinto, que le revela al matrimonio que Edipo no es hijo de quienes él creía, los reyes de Corinto. Que él había recibido un bebé de la casa de Layo con el recado de asesinarlo pero que no pudo hacerlo, y lo entregó a este matrimonio.
Edipo comprende entonces que Layo y Yocasta eran sus verdaderos padres. Yocasta se suicida y Edipo decide arrancarse los ojos y castigarse con el destierro.
En este relato podemos ver que la única acción que encadena los sucesos de la historia es la búsqueda del asesino de Layo. La peripecia sucede a partir de que Tiresias le revela a Edipo que la persona que busca es él mismo. La anagnórisis comienza cuando él advierte el dato del cruce de caminos y termina con la confirmación del mensajero. El lance patético se expresa en el suicidio de Yocasta y el castigo autoinflingido de Edipo, que a partir de aquí vagará ciego en el destierro.
La enseñanza de esta tragedia puede ser la imposibilidad de escapar al propio destino y la fundación del tabú del incesto.
Ayer, hoy y siempre
Aristóteles se encargó de ordenar lo que en Grecia ya estaba teniendo lugar. Pero sus categorías tuvieron un efecto disciplinador en la expresión artística de tiempos posteriores.
Sin contar las unidades de tiempo y lugar, vemos cómo “el cuentito” de muchas películas, libros, series, siguen esta misma estructura.
La idea de que el arte debe imitar la vida cotidiana es quizás uno de los elementos más peligrosos porque no permite hacer el salto a imaginar otros mundos posibles.
Desde Brecht para esta parte, buena parte de los creadores escénicos están peleándose con esta concepción artística, buscando no sólo refundar el objetivo del arte, sino también el lugar del espectador.
Resulta imprescindible destacar también el poco lugar que le da Aristóteles al montaje escénico y al evento cultural que suponían las . Dándole voz únicamente al texto dramático. Quizás esta sea una de las razones por las que comenzamos a perder lo que configura la especificidad del teatro frente a otras disciplinas artísticas: su condición de ritual.
Referencias bibliográficas
- Aristóteles (2017), La poética, recuperado de https://www.educ.ar/recursos/131136/poetica-de-aristoteles
- De Miguel, Diego (2020}9, “El texto dramático” en “Análisis del espectáculo teatral”, Escuela de teatro de La Plata, recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=RvSErWURMkY
Autora Agustina Soler